La glicina de mi vecino, parecía haber encontrado un hábita perfecto y su desarrollo había sido espectacular, todo hasta que empezó a levantar el suelo y su dueño decidió prescindir de ella... pero allí estaba yo, a la "Guay"!!! para rescatarla (no sin gran esfuerzo) y darle una oportunidad... ahora el tiempo y la salud de la misma decidiran su futuro.
Aunque posiblemente no se tratae de la mejor época, su fuerza y su vigorosidad nos dan buenas prespectivas de poder conseguir que tire adelante, ya que estamos hablando de una glicina, y como se sabe enráizan muy bien.
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