Ahora y justo cuando nuestros árboles empiezan a despertar de verdad, debido al cambio de las temperaturas, es justamente cuando se nos presenta la oportunidad de corregir ciertas carencias que nuestro árbol nos mostró, debido al desgaste de producción del año anterior.
El hierro es un elemento esencial para los cultivos. Las plantas no pueden realizar su ciclo vital en su ausencia, ya que está involucrado en el metabolismo de la planta de una manera específica. Está involucrado en la síntesis de clorofilas, y participa de un buen número de sistemas enzimáticos importantes para el metabolismo de las plantas. Su deficiencia se denomina clorosis férrica y se caracteriza, de forma visual, por un amarilleamiento intervenal de las hojas jóvenes. Como consecuencia de la clorosis férrica, las plantas se desarrollan peor, teniendo menor vigor y una menor producción.
El tipo de quelato más apropiado para resolver estos problemas es el producto en donde el hierro se encuantra quelatado en forma Fe-EDDHA, molécula que puede ser eficaz al rango de pH superior a 8, y para la que la velocidad de sustitución del metal quelatado (en este caso el Fe) por los cationes del suelo es muy bajo, por lo que se puede mantener el micronutriente aportado durante más tiempo en el suelo y en forma disponible para la planta.
La mejor época del año es la primavera biológica del árbol y las formas de aplicarlas son: diluido en el agua en la dosis que indica el fabricante (foliarmente y mediante el riego), o en forma granulada de más lenta disolución y siguiendo las especificaciones del fabricante, con ello y con la prevención necesaria para cada caso, conseguiremos una brotación espectacular y un verde magnifico..
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